Hay
un tiroteo “paintball” generalizado en todos los mercados y sectores sobre la
orientación INNOVADORA que han tomado los convencidos, están tomando los rezagados
convertidos o van a tomar los más agnósticos estratégicos. "¿Por dónde van los
tiros?" es una pregunta que planea sobre las cabezas de los Consejos de
Administración y no en todos los casos se plantea abiertamente. Existe más
inquietud por no ser los primeros que de tomar riesgos medidos y ganar una distancia
en el mercado que será muy importante cara a la imagen exterior de las marcas.
Por ello los convencidos están llevando a cabo estrategias ofensivas, los
rezagados se pertrechan y ocasionalmente disparan alguna bola por si dan a “algo”
y los agnósticos ni tan siquiera han salido al campo de batalla.
Todas
las Organizaciones que no estén inmersas en el Plan de Innovación Corporativa
(leer “Lucy y el capullo de seda”) serán tomadas, al asalto o por asedio.
La invasión INNOVADORA no es un difusor único y localizado. Se trata de brotes
geniales que crecen hasta formar ecosistemas capaces de fagocitar sectores
productivos completos con la facilidad con la que un cascanueces machaca una
nuez en manos de Lebron James… o sin cascanueces.
Centrémonos
en el sector Sanidad. Las
investigaciones realizadas en los campos médico, biotecnológico, farmacéutico y
biomédico, cada uno en sus distintas áreas especializadas, han logrado avances
no imaginados hace solo veinte años. Los tratamientos a enfermedades,
patologías crónicas, cirugías, etc. han revolucionado los centros médicos y
hospitalarios, a la vez que han logrado aumentar la esperanza de vida.
Hasta aquí fantástico… pero ¿qué hay de la prevención y la asistencia primaria?
Estamos gestionando con ingenio la enfermedad, con avances tecnológicos las
cirugías, con rapidez los fármacos antes epidemias… pero nos mantenemos
alejados de la salud, de mantener la salud el mayor tiempo posible. Ya sea
pública o privada la Sanidad sigue manteniendo las rígidas estructuras
asistenciales desde que se crearon los hospitales como nodo de curación masiva,
allá por el siglo IX en Europa. Más tarde se crearon los “Consultorios” o más
conocidos en la actualidad como “Centros de Salud”, donde se diversifica la
asistencia más primaria y pequeñas intervenciones que no requieren de
quirófano. El primer término se acerca bastante más a la realidad que el
segundo, se practican consultas básicas que, en los casos de gravedad se
derivan a los centros de urgencias o a la realización de pruebas diagnósticas,
con el consabido tiempo perdido y muy valioso en algunas patologías.
Independientemente del nombre, mantiene la ineficiencia histórica de
forma dramática.
El
Centro de Salud se ha convertido, desde hace años, en un ágora social, de encuentro, así como de nuevas
experiencias en los inmigrantes que no disfrutaban de estos “manjares” en sus países
de origen. Las salas colapsadas no permiten una atención detenida y exigente. Los
profesionales no disponen de información de calidad colectiva que facilite el
diagnóstico o guíe hacia un tratamiento específico y basado en evidencias. Mientras tanto los Hospitales y Clínicas
operan como gigantescos centros de salud con la única diferencia de los
quirófanos. ¿Es esta estructura eficiente?
En EEUU llevan años trabajando en un nuevo Modelo Asistencial basado en las startups con propuestas disruptivas, tanto en la tecnología como en la cultura. Estos son algunos datos interesantes:
TELECONSULTA
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CRONICIDAD
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Mientras
otros trabajan en nuevos paradigmas Sanitarios, en España mantenemos el obligo
bien prieto discutiendo sobre si la Pública es gratuita o no… cuando la única
verdad es que ni lo es, ni lo ha sido, ni lo será jamás. Se paga a través de
los impuestos profesionales, laborales y empresariales. Por lo tanto, es
momento de plantear una transformación radical del modelo de Sanidad Pública y ejecutarla de inmediato. La Sanidad Privada
mantiene un paralelismo con la Pública en la manera de buscar la satisfacción
del cliente con base en la atención personal, cuando los clientes lo que
buscamos es una atención racional, efectiva, directa y en el momento. No queremos
desplazarnos a un lugar donde se comparten enfermedades de manera pasiva,
esperar decenas de minutos hasta ser atendidos y salir con una información
profesional pero intuitiva, basada en experiencia (que no es poco); con una
siguiente cita con el especialista meses más tarde o una segunda visita al
médico de familia solo como seguimiento (más desplazamiento y horas perdidas)
La ineficiencia es manifiesta, pero parece que nos gusta.
Propuestas
innovadoras:
- Especializar los Hospitales como espacios de Alto Rendimiento Quirúrgico e Investigación.
- Crear equipos médicos para la atención personalizada remota.
- Compartir las historias médicas entre Pública y Privada.
- Servicios de urgencias y farmacología coordinados de forma solidaria con la Sanidad. Farmacias como punto de consulta cognitiva.
- Universalizar el acceso a consultas cognitivas desde dispositivos de movilidad con identificación personal, acceso a localización y opciones de prediagnóstico y de atención programada.
- Transformar paulatinamente los centros de salud en áreas de teleconsulta y apoyo a resultados de pruebas diagnósticas especializadas.
Aplicando
estas recetas, se alcanzará la reducción del coste asistencial, Público y
Privado, tiempo perdido en desplazamientos e innumerables visitas compulsivas.
El fin no es ampliar
la esperanza de vida hasta los 120 años, el objetivo es mantener la calidad de
vida durante más años. Las personas serán más felices y los sistemas de salud
más eficientes.
Estos
cambios no se consiguen en pocos años, pero nunca se alcanzarán los objetivos
si no comenzamos hoy mismo a trabajar de manera consistente y organizada.
Cambiar el modelo de un servicio tan tradicional como es la Sanidad puede ser
traumático si se conjugan talento, pasión, creatividad y liderazgo.
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